Javier Eugercio me nombró abanderado de Ficción Literaria porque, según dice, los relatos breves de mi cuerpo vegetal valen su peso en oro; por eso me concedió esta sección y, empujándome al ruedo digital, me encomendó la engorrosa tarea de presentarla. Supongo que lleva razón, debo coger las riendas y dar la cara desde el principio...
¡Damas y caballeros (con y sin caballo), bienvenidos sean ustedes y sus ganas de leer! Soy Apurito Montoya, un errático libro que se puso el mundo por montera para descubrir por sí mismo las grandezas y miserias de la condición humana! ¡ADELANTE, PASEN Y LEAN!...
Los libros también tenemos sentimientos y aspiraciones, soñamos con ser leídos por un gran número de personas. Recién salidos de imprenta, deseamos que nos ubiquen en los expositores más glamurosos de las mejores librerías. Nuestro cielo es alcanzar el estatus de «superventas».
Tengo vagos recuerdos de haber estado, sin una mota de polvo, en la SECCIÓN DE NOVEDADES DEL CORTE INGLÉS. Recuerdo que la gente me abría con expectación y ojeaba mi contenido. Recuerdo el baño de luz y de multitudes, al que estuve expuesto, antes de que unas manos me transportaran hasta la caja y otras me envolvieran en papel de regalo.
Así era yo, un iluso extasiado en el fariseo paraíso de las letras (cara sonriente creada por brgfx - www.freepik.es)
Fueron momentos brillantes, pero qué poco duró la felicidad. Me absorbió una espiral de decadencia que acabó con mi celulosa bajo la pata de un tenderete. Aunque, los tiempos oscuros tampoco duraron mucho, un nuevo amanecer trajo consigo el germen del cambio que se operó en mi interior: ME CONVERTÍ EN UN BUSCADOR DE HISTORIAS.
Estuve, durante años, vagando por ahí. Recorrí pueblos y ciudades, me colé en las casas y en las vidas de la gente, me camuflé entre hileras de libros y observé cuanto pude para luego componer mis propias historias. Esto me convierte, si no me equivoco, en EL ÚNICO LIBRO DEL MUNDO AUTOR DE SU PROPIO CONTENIDO.
No fue un suceso azaroso, el destino me condujo al hogar de Javier Eugercio. Allí compuse mi último relato, me quedé sin páginas en blanco y decidí establecerme en una estantería. No tardó en descubrirme entre sus libros. Fue un flechazo para ambos, el comienzo de una amistad que cobró pleno sentido cuando Eugercio se propuso difundir mis relatos breves.
Lo demás ya es historia, una suma de variopintas historias que te invito a descubrir en esta sección.
Eugercio dice que soy una mina de parodias, un grano en el culo de la hipocresía, las convenciones sociales y el poder establecido, un péndulo que oscila de forma imprevisible entre el humor y el drama.
«La vida es una carpa circense que los dioses levantaron en mitad de un valle de lágrimas.»
Apurito Montoya
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